SAHASRARA

 

Bienvenidos una vez más a este espacio en el que compartir nuestra pasión por el yoga. Hoy en concreto la entrada trata sobre nuestro séptimo chakra: Sahasrara. Se ubica en la zona de nuestra coronilla, de ahí que también se le conozca como Chakra Corona. El significado de su nombre en sánscrito prodría traducirse como multiplicado por mil, y su color es el violeta, aunque también lo podemos encontrar representado en blanco.
Respecto a su elemento natural, no se le asocia, aunque lo podemos identificar con el pensamiento y su función principal sería la comprensión. No sólo la comprensión hacia los demás, sino la comprensión en su estado más puro. Esa que empieza en nuestro interior y lo abarca todo.  
Como ya sabemos por las entradas anteriores, a cada chakra se le asocia normalmente una glándula principal, y en este caso estaríamos hablando de la pituitaria o hipófisis, que es una glándula endocrina situada en la base del cerebro y que, a pesar de su tamaño que no supera a un guisante, es crucial para la vida ya que se encarga de segregar las hormonas que regulan el crecimiento y la homeostasis. También se la conoce como glándula del control maestro.
Cuando nuestro chakra corona presenta algún tipo de desequilibrio, podemos encontrarnos con trastornos depresivos, apatía, dificultad de aprendizaje, confusión, agotamiento mental... Si por el contrario se encuentra equilibrado, la dicha será nuestra forma de vida.
Sahasrara es ese centro de energía que nos conecta con lo divino. No hablo del concepto judeocristiano de Dios sino de algo más profundo. Ese aspecto divino que reside en nuestro interior y en la esencia de todo lo que nos rodea. Hay una parte divina en mi, una parte divina en ti, en los bosques, en los ríos, y en cada átomo del universo.
Normalmente tenemos la costumbre de escuchar divino y pensar en el concepto de "dios" como ser supremo. Pero la divinidad también vive en aquel que sabe reconocerla en su interior y en todo lo que le rodea.
Sahasrara representa con su loto de mil pétalos a ese estado de la conciencia absoluta y pura, la iluminación, el Samadhi. 
Desde el yoga, podemos facilitar el correcto flujo de energía de este chakra a través de la meditación y de asanas como: sirsasana [equilibrio sobre la cabeza] por ejemplo, o también vrischikasana o escorpión. En general, posturas invertidas.
Pero no sólo a través de asanas podemos cuidar de nuestro séptimo chakra, sino que el yoga es mucho más. No debemos olvidar pranayama [ejercicios de control sobre la respiración] y meditación.
Fuera de la esterilla, podemos favorecerlo con el silencio. Sí, permaneciendo en silencio, calmando nuestra mente o haciéndola vibrar con el sonido del mantra Om.
En fin...como veís este vórtice de energía también nos daría para hablar durante horas, pero no me quiero extender más, así que me despido con el significado del saludo Namaste que habla de esa divinidad que habita en nuestro ser:

🌸Yo honro el lugar dentro de ti
donde el universo entero reside.
Yo honro el lugar dentro de ti 
de amor y luz, de verdad y paz.
Cuando tú estás en ese lugar en ti,
y yo estoy en ese lugar en mí,
tú y yo somos sólo uno.🌸



Fuentes: Anodea, Judith: Chakras, las ruedas de la vida. Arkano Books, 2017.


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