SATYA
Cuando hablamos de Satya, otro escalón dentro de los Yamas, nos referimos a la sinceridad. La veracidad de lo que hacemos, de lo que decimos. esa sinceridad que empieza en nosotros mismos y se hace extensible a los demás. Mirarnos hacia dentro y reconocer el valor de la verdad. Saber elegirla en cada paso. Sin duda, no es tarea fácil y al principio nos puede traer complicaciones, ya que vivimos en una sociedad dominada por las apariencias y enfrentarse a eso a pecho descubierto no es sencillo.
Ser sincero no es simplemente decir la verdad. Ser sincero consiste en mucho más que eso. Es aceptar nuestra verdad interior. Aceptar y reconocer nuestros defectillos y tomarlos como maestros de aquello que podemos mejorar. Es mirarnos al espejo y poder ver quiénes somos. Nuestros miedos, nuestras virtudes, nuestra alma sin filtros. Es vivir con coherencia entre lo que pensamos, lo que sentimos, lo que decimos y lo que hacemos. Lo has intentado alguna vez? Seguro que sí. Pues en eso consiste Satya, desde mi punto de vista.
Cómo lo aplicaríamos a nuestra práctica? Con pequeñas adaptaciones que nos lleven a entrar en la asana aceptando nuestra verdad de ese momento. Por ejemplo, en la torsión Ardha Matsyendrasana, es usual querer llevar el cuello lo más atrás posible, pensando así que intensificamos la torsión o la hacemos más profunda de cara al espectador, pero no es así. Esa torsión debe ir acompañada por una posición correcta del cuello, sin forzarlo nunca ya que lo que torsiona es nuestro tronco, la intención no es darle la vuelta al cuello como si fuésemos un búho. Sinceridad.
Espero que os haya gustado la entrada de hoy, y que haya servido para conocer un poquito más este Yama.
Deja que la luz de la verdad ilumine tus días como el sol acaricia las hojas de los árboles en otoño. [Chandra Ardas]
Feliz día.
Namaste 🌸
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